¿Por qué un blog?
Hace
tiempo, mucho tiempo en realidad, mis amigos más cercanos me animaban a crearme
un blog. Yo, egresado de una carrera como Literatura y escéptico con respecto a
las nuevas formas de comunicar y escribir, demoré mucho en tomar esta decisión:
le di vueltas, hice mi lista de pros y contras, recordé cada queja, burla
solapada y no tan solapada sobre quienes escriben en blogs y me repetí a mí
mismo, sospechosamente convencido, que solo quería escribir
"seriamente". Publiqué un libro de cuentos en el 2017, justo antes de
venirme a Argentina para estudiar Cine o hacer una maestría en Escritura
Creativa - en estos momentos todavía no sé qué sucederá -, para dejar algo en
Perú y escapar un poco a presentaciones literarias, soñando con romanticismo en
el alejamiento de mi país y las nuevas experiencias que me esperaban.
Debo
decir que hasta ahora no ha sido fácil. Adaptarse a otro lugar, después de
treinta años de vida en el tuyo, es más que complicado: se convierte en una
tarea que debes recomenzar todos los días, muchas veces sin la paciencia o el
amor de Penélope en el telar, aunque sí con la misma nostalgia.
Así,
entre que recorría Buenos Aires, buscaba libros que leer y no cumplía del todo
mi papel de visitante extranjero - volviéndome loco por la ciudad y fiesteando
lo más que podía - me encerraba cada vez más seguido en mi cuarto, so pretexto
de escribir, leer y ver películas. Algo deprimido porque no encontraba trabajo
por falta de documentos, llegué a la conclusión de que deseaba comunicar algo
de forma diferente a la de un cuento o una novela. No soy poeta, escribo prosa
y veo mucho cine. Decidí hacerle caso a mis amigos y crearme un blog como una
manera de comunicarme, de dejar en el papel virtual mis impresiones sobre
libros y películas, sin apelar al lenguaje técnico del crítico literario, sin
aquel dejo algo arrogante del crítico de cine (no todos, claro).
Hoy
me encontré con una señora con la que comencé a hablar un buen rato. Como
extranjero en Buenos Aires debo decir que una de las experiencias más gratas
que tengo acá es que las personas pueden hablar contigo sin conocerte y sin
primeras o segundas intenciones, solo por el gusto de hablar. Su charla fue la
que terminó de convencerme de crear este blog y salirme de la apatía del
encierro de la pura contemplación.
Esta
es la presentación y también un manifiesto de intenciones.
Espero
poder seguir escribiendo por aquí, aunque sea solo por el gusto de mantener un
mayor contacto con una manera diferente de comunicarme.
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